«El arte limpia del alma el polvo de la vida cotidiana». Pablo Picasso
Para estar en contacto con el artista que todos llevamos dentro no es necesario pintar ni dibujar «bien».
¿Qué significa eso? Pues que todos, absolutamente todos, tenemos una zona creativa en nuestro cerebro. Eso quiere decir que podemos ser creativos de muchas formas: cocinando, ordenando, bailando, ideando proyectos… Así pues, podemos estar en contacto con el arte sin ser artistas ni saber dibujar.
El Arteterapia es una disciplina que usa el arte (el garabato, el collage, la pintura, la música, la danza, el clown, los cuentos…) para ayudarnos a estar más en contacto con las emociones, comprender bloqueos inconscientes, promover nuestro auto apoyo y nuestra autoestima, acompañarnos a transitar momentos de cambio/dolorosos y conseguir versiones más auténticas de nosotros mismos, entre muchas otras cuestiones
Por otra parte, el Mindfulness, también llamado el arte de la conciencia plena o del estar presente, es un conjunto de técnicas de auto observación que nos permite disfrutar de una vida más plena, tranquila y con significado.
Pero… ¿de qué nos sirve combinar el arte con el mindfulness?
En primer lugar, el Arte es muy mindfulness. Esto significa que, a través de recursos como la pintura, el garabato, recortar un papel o escribir (entre otros muchos) podemos llegar a experimentar momentos de auténtico flow.
Mientras vivimos momentos de flow (esos en que se pierde la noción del tiempo y se siente un bienestar difícil de explicar) promovemos la mejora de nuestra salud cerebral, física y espiritual. Ya se ha demostrado científicamente como, cuando logramos relajarnos, disfrutar del presente y concentrarnos, nuestras ondas cerebrales experimentan cambios y se vuelven más lentas y profundas. Para saber más sobre ondas cerebrales, puedes consultar este artículo.
Pero… ¿cómo combinar el arte con el mindfulness? De mil formas diferentes.
- Pintando las emociones que sentimos. Como si tuviéramos un «tubito» que nos sale del corazón, o de la garganta o del lugar en que sintamos una emoción, y traspasásemos esas emociones al papel.
- Dibujar a «cachitos». No dibujar un concepto entero (por ejemplo, copiar un coche o un elefante de un dibujo modelo), si no, pasar al papel trocitos de ese dibujo. Nuestra atención empezará a enfocarse en detalles concretos y no en la figura entera. !Y entonces … tachán! se hará la magia. De repente, entenderás que no solo eres capaz de dibujar, si no que, el dibujo en sí, es una experiencia de meditación incomparable.
- Sentir las notas musicales en tu cuerpo. La música es vibración y, como tal, puede sentirse en las vísceras, la cabeza, el corazón. Esas notas las puedes visualizar con colores. Cada color tiene un significado diferente para nuestro inconsciente. Por ejemplo, el rojo lo asociamos a la rabia o a la pasión.
- Construyendo un collage emocional. Si, si, de esos que hacíamos en el cole, pero, esta vez, realizado desde el corazón. Se puede construir un collage a partir de un problema, una situación inconclusa o bien, desde una capacidad personal que se necesita amplificar o dotar de mayor importancia.
- Escribir con la mano no dominante mientras siento una emoción concreta. Pruébalo y me cuentas!
Seguiría la lista de forma infinita, pero creo que, como introducción es suficiente.
Hay personas que tienen dificultades para meditar y practicar mindfulness. Les cuesta parar y empezar a observarse sin hacer nada. Mediante el arte, realizamos meditaciones dinámicas; esto significa que «engañamos» al cerebro. Le decimos que pare igualmente, pero lo ponemos a enfocarse en algo concreto: lo artístico.
Así, encuentras paz y bienestar combinando el arteterapia y el mindfulness. Una mezcla interesante, terapéutica y muy transformadora.
Además, nos ayuda a darnos cuenta de automatismos, limitaciones o auto complots que nos dificultan llevar una vida plena y armónica. Por ejemplo, si quieres darte cuenta de cómo afrontas los problemas en tu vida, dibújate en un día de lluvia. Observa cómo es la lluvia, si has dibujado nubes, si has colocado algún paraguas en la ilustración, qué emoción refleja tu cara, ¿te has dibujado la cara?, qué emoción te recorre el cuerpo al verte debajo la lluvia. Está claro que será más sencillo con un profesional a tu lado que te guíe. Pero, haz la prueba y verás como algo te pasa al mirar el dibujo. Es magia.
Como ves, estoy enamorada del color, la música, la pintura, el collage, la escritura, el garabato, como herramientas para auto transformarnos y conocernos.
Si te apetece probar, te animo a participar en mi taller online de mindulness con arteterapia. Aquí verás, todos los contenidos, las opiniones de personas que ya han vivido la experiencia y… si después de leerlo, te emociona, estaré encantada de tenerte como alumn@.
Si quieres saber más sobre mindfulness, puedes escuchar mi audiocurso en podcast sobre mindfulness aquí.
*Fotos Unplash. Gracias!!
Estoy de acuerdo con que todos tenemos un punto creativo que aún no nos damos cuenta o que no hemos explotado. El arte puede encontrarse en todos lados, desde la cocina hasta la decoración de paredes
Totalmente Maria. Somos creativos por naturaleza 🙂
De mi infancia recuerdo las tardes coloreando cuadernos con dibujos, en silencio. De mamá recuerdo ponerme con mis hijas a ayudarles en algún dibujo y terminar «aislada» creando mi versión. Hace 2 años empecé a dibujar y a pintar como hobbie y SI, he comprobado que pintar me transporta a un maravilloso lugar de paz y felicidad.
Qué alegría leerte Isabel! qué bien, cuantos recuerdos y vivencias!
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Un abrazo!