Nunca estamos solos

“Te vas a quedar solo” “La soledad duele” “Qué triste es estar solo”

Cuántas veces habremos oído estas frases. Cuántas veces habremos temido a la soledad.

Desde que nacemos nos enseñan a relacionarnos. “Pórtate bien” “Haz caso a tu madre” “Déjale el juguete a Pepito” “Qué pensará de ti esa señora si lloras”

Pero nunca nos dicen:

“Háblate bien a ti mismo”

“Escucha lo que realmente necesitas”

“Conéctate con quién eres”

“Respétate y no dejes que nadie te trate mal”

“Sé tu mejor amigo”

“Disfruta de tu propia compañía”

♥ Está claro que somos seres sociales.

Necesitamos el contacto y la compañía. Pero, por encima de todo, necesitamos independencia emocional para poder relacionarnos de una forma sana y madura.

Así que, como no nos llegan mensajes de empoderamiento personal, sino, mensajes de acoplamiento social, nuestro mundo orbita alrededor de la gente.

Alrededor de nuestros padres a quien tenemos que obedecer y gustar para que nos protejan y nos quieran.

Alrededor de nuestros profesores y compañeros de clase. A quien debemos demostrar que somos buenos alumnos y colegas.

Alrededor de los chicos que nos gustan; de las chicas que nos atraen.

Suma y sigue.

♥ Y… llegamos a cierta edad en la que, a pesar de haber conseguido un empleo, una casa, una pareja, unos amigos, unos hijos… sentimos un vacío difícil de llenar.

Y cada vez que escuchamos el eco de ese vacío nos asustamos, corremos en dirección contraria porque el susurro de la soledad nos aterra.

Y tiene toda la lógica; nuestra construcción personal, nuestro eje, nuestras bases, han sido construidas fuera de nosotros, no dentro.

♥ Nunca conseguiremos llenar ese vacío desde fuera. Ni el mejor novio, ni la estupenda amiga, ni el hijo amado nos salvará de ello.

Pero habrá algún momento en que nos tocará dialogar con ese vacío.

Ese vacío en ocasiones dolerá, en otras, será maravilloso.

El vacío fértil. Ese momento en que cualquier cosa puede florecer, puede renacer.

♥ Si no nos permitimos contactar con ese vacío, seguiremos en piloto automático.

♥ Buscando ahí fuera lo que no encontramos dentro.

Buscando novios, trabajos, amigos. Vendiéndonos al mejor postor.

♥ En el contacto con ese vacío aparecerá, con el tiempo, la plenitud. Aparecerá, con el tiempo nuestra mejor compañía: nosotros mismos.

Y ya nunca más estaremos solos… 

 

*Foto: Simon Rae. Unplash

 

 

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