¿Has estado alguna vez en la sala de espejos del Tibidado en Barcelona? Yo estuve en verano y vi como mi imagen se distorsionaba en cada uno de ellos.
En uno aparecí tremendamente gorda, en el siguiente súper cabezona, en otro paticorta y así estuve un buen rato jugando.
¿Has pensado alguna vez de qué forma te ven las personas que te rodean? ¿Les has preguntado? ¿Crees que han sido sinceras contigo? ¿ Estás preparado para escuchar que eres paticorto, cabezón o gordo? ¿Estás preparado para que te digan lo que les molesta de ti?
Piénsalo un momento: ¿cómo reaccionaste aquella vez que tu amigo te dijo que eras poco asertivo? Y ¿cuando tu jefe te señaló tu déficit de planificación?
No te diré cómo debes reaccionar ante estas críticas. Tan sólo te explicaré lo que más me molesta de ti.
- Me molesta que pienses demasiado lento; cada vez que vamos a un restaurante tardas el doble que yo en elegir el menú. Tan difícil es? Por favor!!! si sólo se trata de comida…
- Me molesta un montón que seas tan tolerante. Que ante situaciones en las que deberías defenderte te quedes callado argumentando tu gran ética.
- Me irrita que siempre decidas lo que los demás debemos hacer ¿ Tanto cuesta ceder de vez en cuando?
- Como me cuesta prestarte atención cada vez que repites preguntas que te he contestado mil veces de forma diferente… buffff
Y ahora te diré por qué me saca de quicio todo esto.
- Soy muy impaciente. Cada vez que tardas un siglo en elegir tu plato en el restaurante, me obligas irremediablemente a trabajar mi paciencia.
- Tiendo a ser crítica y peleona. Si algo no me gusta, lucho y lo defiendo. Cada vez que te muestras excesivamente tolerante me recuerdas que no es necesario ir «a las barricadas» ante cualquier situación.
- En ocasiones soy influyente. Digo las cosas con tal convicción y emoción, que, sin quererlo, impongo mi visión. Así, cuando decides por mí y por los demás, me das una buena lección de humildad que necesito aprender.
- Soy muy impaciente. Te lo he dicho ya? No puedes hacerme las mismas preguntas una y otra vez porque entonces el cartel «ERES IMPACIENTE» se enciende en luces de neón rojas y debo parar por narices
Todos estos puntos me molestan, me remueven de una plácida comodidad estática, me confrontan con mis partes menos aceptadas; con aquello en lo que debo evolucionar.
Así que GRACIAS! Gracias por molestarme y… síguelo haciendo! Sin tus «defectos» los míos aún serían mayores…
Y a ti… ¿ qué es lo que más te molesta?
*Foto gentileza de Living in Pixels
Me ha gustado mucho este artículo….da que pensar!
Y la foto…..GENIAL !!!!