Son cien. Uno tras otro. Téjelos en tu mente. Escoge aquellos que te ericen la piel. Aquellos que te llamen con una sonrisa por tu nombre. Selecciona los que te iluminen el rostro.
Quizás sueñes con tu propia esencia de perfume. Una botellita esbelta con olor a ti. Con esa olor que sólo define tu ser.
O tal vez tu sueño sea convertirte en un escritor bohemio durante una semana. Escribir en cuadernos gastados y merodear por cafeterías con encanto mientras lo haces.
A lo mejor fantaseas con quedarte en casa todo un día en pleno invierno. Regodeándote bajo la manta, leyendo libros impulsivamente y cocinando platos inimaginables.
Puede que tu sueño sea erótico, puede que sea sensual, y qué? También vale. Todo vale. Es tu mundo, tu vida, tu ilusión.
Exprime tus curvas cerebrales. Tus recovecos mentales. Tus escondites emocionales. Aúnalos en cien sueños; hilvánalos con ternura; envuélvelos de misterio y de emoción.
No permitas que se diluyan, no toleres su lejanía. Aproxímate a ellos; báilalos.
Porque llegará un día en que estarás tan lejos de tus sueños que tu vida te parecerá un simple sueño. Porque de repente tus ilusiones se te escurrirán por los dedos sin poderlas rescatar.
No desistas. No pongas el tiempo por delante. No construyas excusas. No te detengas.
Empieza ahora. Empieza ya. Sólo necesitas un lápiz, un papel, tu alma, tu niño. Tus cien sueños.
** Gracias a mi alumno Bernat L ya mi amiguísima M.C.